Piénsatela antes de entrar al ambiente swinger…
Desde fuera el ambiente del intercambio de parejas puede resultar muy seductor y parecer atractivo, pero no es para todo mundo. Estas son algunas razones para pensarlo dos veces antes de proponerle a tu pareja ingresar a este mundo.
Dicen las buenas lenguas que el estilo de vida liberal es un Paraíso, lleno de sonrisas, amistades y sensualidad desatada, pero la realidad es que no todo mundo lo vive de la misma manera y las experiencias pueden ser muy variadas. Si consideramos que en una pareja hay dos puntos de vista totalmente distintos y que la monogamia sigue siendo la programación cultural básica en el matrimonio, las aventuras en el mundo swinger pueden resultar en desencuentros amargos.
Estos son algunos factores a considerar en caso de que estés pensando entrarle al intercambio de parejas.
Eres hombre y crees que tendrás acceso a muchas mujeres
La realidad es que es más probable que tu esposa llame la atención y tú no tengas el mismo nivel de popularidad, lo que a veces resulta en egos lastimados. Al entrar considera que las mujeres suelen ser más solicitadas que los hombres, es lógico.
Tienes problemas con tu pareja y crees que así los resolverás
¡Bandera roja! Si estás en un momento complicado en tu relación, la dinámica de la libertad sexual únicamente acentuará el conflicto. Aunque hayas escuchado que el swinger fortalece las relaciones, es preferible que acudas a una terapia de pareja o busques otra manera de refrescar tu matrimonio.
Tu pareja se muestra renuente o incrédula
Si le propones explorar la posibilidad de asistir a una fiesta o club swinger a tu pareja y de inmediato se muestra incómoda, es mejor no presionar. Muchas veces se han visto pleitos entre parejas fuera de sintonía en las reuniones y es causa de enfrentamientos muy sonados.
Piensas que el único objetivo es el sexo
Te sorprenderá que muchas reuniones o fiestas únicamente se enfocan en socializar y no tanto en lo sexual. No es una regla que siempre acaben en orgía.
Los celos son frecuentes en ti
Otra gran bandera roja. Muchos son los casos de personas que entran al juego pensando únicamente en su placer y no en el de su pareja, y se descubren como posesivos y celosos en extremo. Si la idea de ver a tu pareja disfrutando de su cuerpo te despierta repele, es mejor que te alejes de esta dinámica, pues pondrá tu ego a prueba.
¿Tienes algunas otras razones que desees aportar? Son bienvenidas. ¡Recuerda que el ambiente es para disfrutar en pareja y sin drama!