Los hombres solos en el ambiente swinger han encontrado en el mundo de las hotwives (esposas con permiso) la panacea del sexo sin compromiso, pero pocos saben cómo abordarlas con inteligencia.
Por Mr M
Para una esposa aventurera es muy molesto recibir la foto de un miembro, flácido o erguido, sin más preámbulo. Muchos singles o “corneadores” confían en que la pura presencia de su virilidad hará que a la esposa le tiemblen las piernas pero…
¡Ellas reciben cientos de imágenes con esas características! Llega a ser abrumador.
En mi experiencia como parte de un matrimonio cuckold, las esposas con las que he conversado buscan incluir a un cómplice que…
- Cuide su salud: Que se note que se hace chequeos periódicos y habla del tema abiertamente (si se ha hecho pruebas, si siempre usa preservativo…). Igualmente la higiene y la presencia agradable es muy valorada. Nada de llegar en pants o camisetas de equipos de fut ni nada de eso.
- Que no ignore al esposo: Sí, el ligue con una mujer casada y liberal es fascinante, pero no está sola y su pareja es parte del juego. El single participa con ambos porque el juego es de ambos.
- Que hable de otros temas fuera de lo sexual: Aunque el objetivo es el encuentro entre los cuerpos, el hecho de que el candidato platique animadamente de temas varios con la pareja genera mayor confianza y lo hace más interesante para ambos.
- Que tenga iniciativa: No es obligatorio que el caballero solo pague toda la diversión de la pareja, ya que el objetivo es compartir entre tres, no explotar a ninguno de los involucrados. Pero si el single invita una ronda de tragos, quizás pone la habitación para el encuentro o se muestra generoso desde el inicio, sin extremos, las cosas fluyen mejor. Es un error pensar que la pareja “pone a la esposa”. Eso es objetificación y va en contra de la filosofía del ambiente.
- Que sea buen conversador: Hemos planteado que el aspirante es más fascinante cuando se sale de los temas sexuales, pero no es suficiente con hablar de futbol o su trabajo. Saber conversar es mantener un diálogo y no jugar al monólogo presumiendo todas tus medallas y logros. Eso puede ser incómodo para la pareja. Busca entablar una conversación donde todos participen.
- Que sepa medir a la hotwife: Una vez que la parte sexual del encuentro ha iniciado, el corneador debe saber ajustarse a los deseos de la esposa: Le gusta ser dominada, le gusta que el avance sea tranquilo, le gustan las palabras, el silencio, las nalgadas… Ella está esperando una experiencia diferente a la que le brinda su esposo, pero también desea sentirse segura y mimada.
Todos estos parecen conceptos de sentido común, pero te sorprendería saber cuántos aspirantes sucumben ante su propia ignorancia, ansiedad y ego. La pareja se abre para dejarte entrar a su mundo, no solamente ingresar en la esposa.
El juego cornudo es más que una experiencia carnal, también se trata de estimular la mente.